Reciban un cordial saludo, a todos los que a través de este blog de la PARROQUIA INMACULADA CONCEPCIÓN, de Yaritagua, Municipio Peña Estado Yaracuy, Venezuela están en contacto. Queremos crecer como una comunidad cristiana que ANUNCIA, FORMA, CELEBRA Y DA TESTIMONIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. Todos los cristianos, nos sentimos invitados y llamados a asumir el compromiso de evangelizar de la que cada uno somos corresponsables. Párroco Jesús Antonio Acero.

Se Invita a la Feligresía en general, a participar de las Charlas de Formación los días martes a partir de las 5:30pm


miércoles, 28 de febrero de 2018

Actos Penitenciales 02-03-2018

Cristo instituyó el sacramento de la Penitencia ofreciéndonos una nueva posibilidad de convertirnos y de recuperar, después del Bautismo, la gracia de la justificación.
El ARCHIPRESTAZGO SANTA LUCIA ofrece a sus feligreses el ACTO PENITENCIAL.
La Confesión
San Josemaría solía llamar a la Confesión el sacramento de la alegría, porque a través de él se recuperan el gozo y la paz que trae la amistad con Dios, un don que solo el pecado es capaz de robar a las almas de los cristianos.
A pesar de que el Bautismo borra todo pecado, nos hace hijos de Dios y dispone a la persona para recibir el regalo divino de la gloria del Cielo, sin embargo en esta vida quedamos aún expuestos a caer en el pecado; nadie está eximido de tener que luchar contra él, y las caídas son frecuentes. Jesús nos ha enseñado a rezar en el Padrenuestro: «Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden», y esto no de vez en cuando, sino todos los días, muy a menudo. El apóstol S. Juan dice también: «Si decimos: ‘no tenemos pecado’, nos engañamos y la verdad no está en nosotros» (1 Jn 1,8). Y a los cristianos de primera hora en Corinto, san Pablo exhortaba: «En nombre de Cristo os rogamos: reconciliaos con Dios» (2 Co 5, 20).
Así pues, la llamada de Jesús a la conversión: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva» (Mc 1,15), no se dirige sólo a los que aún no le conocen, sino a todos los fieles cristianos que también deben convertirse y avivar su fe. «Esta segunda conversión es una tarea ininterrumpida para toda la Iglesia» (Catecismo, 1428).
La conversión comienza en nuestro interior: la que se limita a apariencias externas no es verdadera conversión. Uno no se puede oponer al pecado, en cuanto ofensa a Dios, sino con un acto verdaderamente bueno, acto de virtud, con el que se arrepiente de aquello con lo que ha contrariado la voluntad de Dios y busca activamente eliminar ese desarreglo con todas sus consecuencias. En eso consiste la virtud de la penitencia.

martes, 27 de febrero de 2018

Víacrucis 27-02-2018 Sector Tapa la Lucha

“El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”
Aprended a obrar bien
El profeta Isaías se dirige a su pueblo, el cual está seguro de su culto y hace severa acusación. Los llama con el nombre de Sodoma y Gomorra, que simbolizan lo perverso. Pero esta acusación la hace como si se tratara del juicio de Dios.
Está acusación es una urgente llamada a hacer la justicia al oprimido, un aprendizaje para hacer el bien al indigente, al enfermo al necesitado, al hambriento, que consiste en buscar la justicia, ser abogado del huérfano y defensores de la viuda. Desde este aprendizaje obtendremos el perdón a nuestros pecados.
Porque el bien no se trata de quedarnos quietos o paralizados ante las injusticias de nuestro tiempo. No se trata tampoco de quedarnos indiferentes ante el sufrimiento de nuestros hermanos. Ni tampoco de plantear exigencias sin sentido como veremos en el evangelio, con fardos pesados para los demás, y ninguna exigencia para nosotros mismos.
En el Evangelio, Jesús aconseja a sus discípulos a que no miren como ejemplo a los que están sentados en la cátedra de Moisés y fariseos. Porque no cumplen con lo que dicen, sin embargo lían fardos pesados e insoportables y se lo cargan a la gente en sus hombros, y ellos no tienen el corazón dispuesto a colaborar o en el compartir las cargas de los demás. Es muy fácil predicar mirando hacia fuera hacia los corazones de la gente, pero la predicación más certera es la que se realiza hacia dentro, comprendiéndome como sujeto de conversión.
El evangelio es una enseñanza de servicio a los demás. Un sacrificio de anonadamiento. El primero de vosotros será vuestro servidor.
Todo es una llamada a la coherencia entre lo que se predica y lo que se practica.

lunes, 26 de febrero de 2018

Víacrucis 26-02-2018 Sector Tapa la Lucha

Hemos pecado, pero nuestro Dios es compasivo y perdona
Sed misericordiosos como el Padre es misericordioso.
La relación entre el pecado del ser humano y el correspondiente castigo de Dios desaparece. Dios no nos castiga. El mal que realizamos a los otros o a nosotros mismos, es la causa de la tristeza, la incomodidad, la desdicha, la ruptura, el desanimo que se ponen de manifiesto en el fondo de nuestro ser.
No son los malhumores pasajeros, ni el malestar por algo que nos incomoda o nos fastidia, es la instalación en actitudes que no generan bien sino daño, tanto en nosotros como en los otros. Pueden ser cosas incluso no muy importantes, pero que van demoliendo poco a poco la alegría de vivir. Si reflexionamos un poco la Palabra de Dios, quizá encontremos experiencias personales de ese “no hacer caso” a lo que el Señor nos propone.
El Sentir el dolor por el mal causado nos sitúa en el punto del camino en que podemos cambiar el sentido de la marcha, y tomar aquel camino que es el de acercándonos al Dios misericordioso que nos capacita para ir transformando nuestra vida y nos permite sentirnos acogidos incondicionalmente por el Dios que nos ama en nuestra pobreza y fragilidad humana.
Jesús nos propone, al comienzo del texto evangélico que hoy escuchamos, uno de los desafíos más radicales a los que podemos enfrentarnos. Tan radical y tan “inalcanzable” que con frecuencia preferimos fijarnos en las frases que siguen, que pueden servir de explicación y también poner a nuestra “pequeña” altura la comprensión de lo que ello significaría. Ser misericordiosos como lo es el Padre es la invitación que nos muestra el objetivo en forma de proceso de toda una vida. Nuestras primeras reacciones humanas no siempre están regidas por la acogida misericordiosa del otro, quienquiera que sea. Quizá porque tampoco nos hemos expuesto del todo, desde lo más profundo de nuestro ser, a mostrarnos al Señor tal como somos y estamos cada día, poniendo en sus manos todo aquello que con tanta frecuencia creemos que está en las nuestras. Sólo de esa exposición al amor del Padre puede nacer la experiencia de ser acogidos por el Amor absoluto, a pesar de nuestra pequeñez. Y sólo por sabernos amados sin mérito ninguno por nuestra parte, podremos acoger esa pequeñez y la de los otros y “ser misericordiosos” del modo en que Jesús nos invita a ello.
Dejemos que el Señor Jesús nos sitúe en el sendero seguro.

viernes, 23 de febrero de 2018

Víacrucis 23-02-2018 Sector Tapa la Lucha

Hoy se nos invita a vivir le fe unida a la capacidad de perdonar
Cuando el malvado se convierte… él mismo salva su vida
Ezequiel innova reclamando la responsabilidad y salvación personal y nos dice que Dios quiere que el pecador se convierta y viva. La salvación depende de la fiel conducta de cada uno de nosotros, de los miembros de la comunidad de Tapa la Lucha, de cada sector evangelizado. Dios no lleva cuenta del pasado (ni ajeno, ni propio), ni de los delitos en los que uno hubiera incurrido. Ni las obras buenas del pasado valen si las niega la actitud actual del creyente. El encanto de la conducta actual lo dicta la conversión de un corazón que quiere ser nuevo viviendo el espíritu de la misericordia de Dios.
Queda abierto el camino esperanzador de dejar que Dios invada la vida de cada uno de nosotros, que es otra forma de reclamar la conversión como proceso de vida y de luz, porque Dios sólo quiere que el pecador se convierta de su conducta y viva.
Vete primero a reconciliarte con tu hermano
En el Sermón de la montaña, la exigencia de una justicia mayor para el seguidor del Maestro de Galilea. Porque este seguidor, como persona religiosa, debe corresponder a la bondad de Dios con un perfil sobrado de justicia con ansias de un alto techo moral. Es condición imprescindible, signo inequívoco de pertenencia al Reino de Dios.
En las relaciones fraternas hay diversas maneras muy sutiles, de matar: con insultos, descalificación, malos tratos matan poco a poco al prójimo. Es de agradecer la importancia que Jesús da a los pequeños y diarios gestos que, en definitiva, anulan la fricción entre los hermanos y abren la puerta a vivencias más grandes y estimulantes.
Se completa el mensaje de la Palabra con una invitación a la reconciliación comunitaria que debe ser una actitud perenne o un estilo habitual de relación fraterna. El perdón mutuo no queda en el plano de lo deseable, sino de lo necesario para que la convivencia y el culto tengan sabor de Evangelio y del Reino, porque es imposible la relación con Dios (oración, culto) si la relación con los hermanos no existe o se ha roto.

jueves, 22 de febrero de 2018

Víacrucis 22-02-2018 Sector Tapa la Lucha

Hoy se celebra la festividad de la Cátedra de San Pedro, una ocasión solemne que se remonta al cuarto siglo y con la que se rinde homenaje y se celebra el primado y la autoridad de San Pedro.
La palabra “cátedra” significa asiento o trono y es la raíz de la palabra catedral, la iglesia donde un obispo tiene el trono desde el que predica. Sinónimo de cátedra es también “sede” (asiento o sitial): la “sede” es el lugar desde donde un obispo gobierna su diócesis. Por ejemplo, la Santa Sede es la sede del obispo de Roma, el Papa.
Esta celebración recuerda además la potestad conferida por Cristo al Apóstol cuando le dice, según relatan los Evangelios: "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Y las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella".
Oración:
Oh Dios todopoderoso:
Tú nos has dado el testimonio de los apóstoles
como la roca firme en la que podemos confiar.
Donde está Pedro, allí está la Iglesia.
Pero vemos hoy
que la barca de Pedro está convulsionada;
somos con frecuencia como niños caprichosos
no acostumbrados a nuestra libertad reencontrada.
Haz, Señor, que empleemos esta libertad
con responsabilidad
y no permitas que perdamos nuestra compostura.
Danos la seguridad
de que tú estás siempre con nosotros
y guárdanos optimistas con respecto al porvenir,
ya que es tu futuro
y tú eres nuestra roca, ahora
y por los siglos de los siglos.
Oración: Dios todopoderoso, no permitas que seamos perturbados por ningún peligro, tú que nos has afianzado sobre la roca de la fe apostólica. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén

miércoles, 21 de febrero de 2018

Víacrucis 21-02-2018 Sector Tapa la Lucha

Continuamos en el tiempo de cuaresma anunciando el mensaje Salvador de Nuestro Señor Jesucristo. Ahora nos encontramos en la comunidad de Tapa la Lucha, Señor mira con benevolencia a tu pueblo y ayudarnos a convertirnos a ti, y a los que dominan su cuerpo con la penitencia trasfórmales interiormente mediante el fruto de las buenas obras.
Señor, danos la gracia de poder mostrar la experiencia de tu amor en nuestros hermanos.
Debemos Mirar a Cristo en los rostros de cada uno de nuestros hermanos.
En el Evangelio de hoy, Jesús habla de dos episodios del pasado: el episodio de Jonás y el de la reina de Sabá, y los transforma en espejo para que la gente descubra en ellos el llamado de Dios a la conversión.
Jesús nos pide que seamos buenos cristianos, que seamos sus discípulos (Mt 28,19), que seamos personas que como él, que irradiemos y anunciemos la Buena Nueva del amor de Dios para todos los pueblos y naciones (Mc 16,15).
Lucas 11,29: La generación mala que pide una señal. Jesús llama ‘mala’ la generación, porque no cree en Jesús y vive pidiendo señales que puedan legitimar a Jesús como enviado de Dios. Jesús no quiere dar una señal, pues, en el fondo, si ellos piden una señal, es porque no quieren creer. La única señal que se dará es la señal de Jonás.
Estos Víacrucis nos ayudan a profundizar en el compromiso.
Debemos aprender a tener experiencia mística con Cristo.
Oración
Crea en mí, oh Dios, un corazón puro,
renueva en mi interior un espíritu firme;
no me rechaces lejos de tu rostro,
no retires de mí tu santo espíritu. (Sal 51,12-13)

martes, 20 de febrero de 2018

Víacrucis de Cuaresma 20-02-2018 Sector Agua Viva

Jesús todos los días nos dice: "Quien quiera seguirme que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga". Es una invitación que vale para todos, casados o solteros, jóvenes, adultos y ancianos, ricos y pobres, de una u otra nacionalidad. Vale también para cada familia, para cada uno de sus miembros o para la pequeña comunidad en su totalidad, hoy le hace la invitación a la comunidad de Agua Viva, queda de parte de cada uno aceptar o rechazar la invitación de Nuestro señor.
En este camino de dolor, todo cristiano, toda familia puede fijar la mirada en Jesús, Hombre-Dios y reconocer que ha padecido por mí y por tí
En el momento dramático de la Cruz nos deja una profunda enseñanza para todos los que nos hemos propuesto a seguirle. Como todo cristiano, cada familia tiene también su viacrucis: enfermedades, muertes, apuros económicos, pobreza, traiciones, comportamientos inmorales de uno u otro, discordias con los familiares, calamidades naturales, Pero, es en este camino de dolor, dode cada cristiano puede fijar la mirada en Jesús vivo y resucitado.
Hoy como ayer se nos invita a reavivar juntos la última experiencia de Jesús en la tierra, acogida por las manos del Padre: una experiencia dolorosa y sublime, en la que Jesús ha condensado el ejemplo y la enseñanza más preciosa para vivir nuestra vida en plenitud, según el modelo de su vida.
Jesús, haz que nos amemos mutuamente, para tenerte de nuevo entre nosotros, cada día, como tu mismo has prometido: "donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos".

lunes, 19 de febrero de 2018

1er día de Víacrucis 19-02-2018 Sector Agua Viva

En este inicio de los Víacrucis recordamos el Camino de la Cruz, es ese que recorrió Cristo durante su Pasión, desde el Pretorio de Pilatos hasta el Calvario.
Hoy salimos del confort de las cuatro paredes de la parroquia y vamos donde los hermanos de los distintos sectores de la Parroquia Inmaculada Concepción, iniciando por la comunidad de Agua Viva, el Vía crucis es un camino que se adentra en el misterio eucarístico: la devoción popular y la piedad sacramental de la Iglesia se enlazan y compenetran mutuamente.
La oración del Vía crucis puede entenderse como un camino que conduce a la comunión profunda, espiritual, con Jesús, sin la cual la comunión sacramental quedaría vacía. El Vía crucis se muestra, como un recorrido "mistagógico".
Señor Jesús ayúdanos a acompañarte no sólo con nobles pensamientos, sino a recorrer tu camino con el corazón, más aún, con los pasos concretos de nuestra vida cotidiana. Que nos encaminemos con todo nuestro ser por la vía de la cruz y sigamos siempre tu huellas. Líbranos del temor a la cruz, del miedo a las burlas de los demás, del miedo a que se nos pueda escapar nuestra vida si no aprovechamos con afán todo lo que nos ofrece.
Amado y buen Jesús ayúdanos a desenmascarar las tentaciones que prometen vida, pero cuyos resultados, al final, sólo nos dejan vacíos y frustraciones. Que en vez de querer apoderarnos de la vida, la entreguemos.
Amado mío, ayúdanos, al acompañarte en este itinerario cuaresmal del grano de trigo, a encontrar, en el "perder la vida", la vía del amor, la vía que verdaderamente nos da la vida, y vida en abundancia (Jn 10, 10).
Precisamente el Evangelio de hoy nos habla del juicio final, donde nuestros corazones serán expuestos ante Él para ver si fueron fríos o calientes, de piedra o de carne, cerrados o abiertos. Pero no es necesario esperar a ese día, porque una vida presente con un corazón enfriado es una vida triste, apagada, sin aliciente, sin alegría. No se trata de hacer el bien para sufrir y conseguir un pasaje para la vida eterna, sino de hacer el bien por convicción, sabiendo que todo el amor que damos lo recibimos ya en esta vida, el “ciento por uno”, aunque con creces en la eterna.
Entrenarnos en este tiempo propicio para reencontrarnos con nosotros mismos, aquí y ahora es a lo que nos invita la Cuaresma de manera más intensa, porque su final, la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor, es la máxima lección de amor que Él nos ha dejado; y en este amor tenemos que crecer. Cada vez que damos un paso en esta dirección, se hacen realidad las palabras finales del Evangelio de hoy: “Venid vosotros, benditos de mi Padre”.
Que nuestro corazón no se enfríe con la maldad, la rutina o la apatía, sino que despierte y se caliente en este tiempo bendito que es la Cuaresma.
El Vía crucis nos muestra un Dios que padece él mismo los sufrimientos de los hombres, y cuyo amor no permanece impasible y alejado, sino que viene a estar con nosotros, hasta su muerte en la cruz (cf. Flp 2, 8).
Oración final:
Señor mío Jesucristo, que con tu Pasión y Muerte diste vida al mundo, líbranos de todas nuestras culpas y de toda inclinación al mal, concédenos vivir apegados a tus Mandamientos y jamás permitas que nos separemos de Ti. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.