Reciban un cordial saludo, a todos los que a través de este blog de la PARROQUIA INMACULADA CONCEPCIÓN, de Yaritagua, Municipio Peña Estado Yaracuy, Venezuela están en contacto. Queremos crecer como una comunidad cristiana que ANUNCIA, FORMA, CELEBRA Y DA TESTIMONIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. Todos los cristianos, nos sentimos invitados y llamados a asumir el compromiso de evangelizar de la que cada uno somos corresponsables. Párroco Jesús Antonio Acero.

Se Invita a la Feligresía en general, a participar de las Charlas de Formación los días martes a partir de las 5:30pm


lunes, 15 de octubre de 2018

2da Semana de Peregrinación con María Inmaculada 15-10-18

La vida está marcada por peregrinaciones que nos enseñan a seguir a Cristo en el cumplimiento de la voluntad de Dios.
Desde el 08 de octubre, hemos tenido la oportunidad de recorrer las calles de la Concepción y poder vivir un signo de lo que tiene que ser nuestra vida de bautizados; no nos detenemos por las inclemencias del tiempo o por el cansancio del día. Continúamos adelante impulsado por la fe, sabiendo que lo importante es que sea Dios quien reconozca nuestros sacrificios y limitaciones.
El Señor nos ha llamado para que estemos con Él, en la (peregrinación) con María y para enviarnos a predicar su palabra ahora en el escenario de nuestra Parroquia podemos vislumbrar con certeza que muchos de estos hombres y mujeres, serán los nuevos discípulos que la Iglesia necesita para realizar la urgente tarea que la Iglesia tiene mientras peregrina en la tierra: la evangelización.
El reto ahora es recorrer los días de nuestra vida, que el Buen Dios nos quiera regalar, viviendo nuestra peregrinación en oración y fraternidad, siendo testigos del amor de Dios.
Claves de la Santidad Hoy
1) Cultiva la humildad
“La humildad solamente puede arraigarse en el corazón a través de las humillaciones. Sin ellas no hay humildad ni santidad. Si tú no eres capaz de soportar y ofrecer algunas humillaciones, no eres humilde y no estás en el camino de la santidad. La santidad que Dios regala a su iglesia viene a través de la humillación de su Hijo, ese es el camino”. § 118 “No digo que la humillación sea algo agradable, porque eso sería masoquismo, sino que se trata de un camino para imitar a Jesús y crecer en la unión con él”. § 120
2) Conserva la alegría
“El santo es capaz de vivir con alegría y sentido del humor. Sin perder el realismo, ilumina a los demás con un espíritu positivo y esperanzado”. § 122 “No estoy hablando de la alegría consumista e individualista tan presente en algunas experiencias culturales de hoy. Porque el consumismo solo empacha el corazón; puede brindar placeres ocasionales y pasajeros, pero no gozo”. § 128
3) Atrévete a evangelizar
“Al mismo tiempo, la santidad es parresía: es audacia, es empuje evangelizador que deja una marca en este mundo”. § 129 “Dios siempre es novedad, que nos empuja a partir una y otra vez y a desplazarnos para ir más allá de lo conocido, hacia las periferias y las fronteras. Nos lleva allí donde está la humanidad más herida y donde los seres humanos, por debajo la apariencia de la superficialidad y el conformismo, siguen buscando la respuesta a la pregunta del sentido de la vida”. § 135
4) No te resignes nunca
“A causa de la costumbre, ya no nos enfrentamos al mal y permitimos que las cosas “sean lo que son”, o lo que algunos han decidido que sean. Pero dejemos que el Señor venga a despertarnos, salvarnos de nuestro letargo, liberarnos de la inercia. Desafiemos la costumbre, abramos bien los ojos y los oídos, y sobre todo, el corazón, para dejarnos descolocar por lo que sucede a nuestro alrededor y por el grito de la Palabra viva y eficaz del Resucitado”. § 137 5) Reza cada día. Y vuelve a comenzar “No creo en la santidad sin oración, aunque no se trate necesariamente de largos momentos o de sentimientos intensos” § 147 “Quisiera insistir que esto no es solo para algunos privilegiados, sino para todos, porque “todos tenemos necesidad de este silencio lleno de presencia adorada (1). La oración confiada es una reacción del corazón que se abre a Dios frente a frente, donde se hacen callar todos los rumores para escuchar la suave voz del Señor que resuena en el silencio”. § 149 “Entonces, me atrevo a preguntarte: ¿Hay momentos en los que te pones en su presencia en silencio, permaneces con él sin prisas, y te dejas mirar por él? ¿Dejas que su fuego inflame tu corazón? Si no le permites que alimente el calor de su amor y de su ternura, no tendrás fuego, y así, ¿cómo podrás inflamar el corazón de los demás con tu testimonio y tus palabras?” § 151
6) Prepárate para el combate
“La vida cristiana es un combate permanente. Se requieren fuerza y valor para resistir las tentaciones del diablo y anunciar el Evangelio. Esta lucha es muy bella, porque nos permite celebrar cada vez que el Señor vence en nuestra vida”. § 158 “No aceptaremos la existencia del diablo si nos empeñamos en mirar la vida solo con criterios empíricos y sin sentido sobrenatural. Precisamente, la convicción de que este poder maligno está entre nosotros, es lo que nos permite entender por qué a veces el mal tiene tanta fuerza destructiva”. § 160 “Entonces, no pensemos que es un mito, una representación, un símbolo, una figura o una idea. Ese engaño nos lleva a bajar los brazos, a descuidarnos y a quedar más expuestos”. § 161 “Para el combate tenemos las armas poderosas que el Señor nos da: la fe que se expresa en la oración, la meditación de la Palabra de Dios, la celebración de la Misa, la adoración eucarística, la reconciliación sacramental, las obras de caridad, la vida comunitaria y el empeño misionero”. § 162
7) Aprende a discernir lo que Dios quiere para ti
“¿Cómo saber si algo viene del Espíritu Santo o si su origen está en el espíritu del mundo o en el espíritu del diablo? La única forma es el discernimiento, que no supone solamente una buena capacidad de razonar o un sentido común, es también un don que hay que pedir”. § 166 “Muchas veces esto se juega en lo pequeño, en lo que parece irrelevante, porque la magnitud se muestra en lo simple y en lo cotidiano”. § 169 “Lo que está en juego, es el sentido de mi vida ante el Padre que me conoce y me ama, el verdadero sentido de mi existencia que nadie conoce mejor que él”. § 170 (1) Juan Pablo II, Carta apostólica Orientale lumen.
¡María, discípula misionera, nos guíe por el camino de la misión!

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