Reciban un cordial saludo, a todos los que a través de este blog de la PARROQUIA INMACULADA CONCEPCIÓN, de Yaritagua, Municipio Peña Estado Yaracuy, Venezuela están en contacto. Queremos crecer como una comunidad cristiana que ANUNCIA, FORMA, CELEBRA Y DA TESTIMONIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. Todos los cristianos, nos sentimos invitados y llamados a asumir el compromiso de evangelizar de la que cada uno somos corresponsables. Párroco Jesús Antonio Acero.
Se Invita a la Feligresía en general, a participar de las Charlas de Formación los días martes a partir de las 5:30pm
sábado, 24 de diciembre de 2016
Misa de Navidad 24-12-2.016
Hoy nos ha nacido el Salvador!!!
Estamos reunidos en el Señor en esta Noche Buena. Las tinieblas afuera pueden simbolizar la vida sin Cristo. Pero nuestra Iglesia ahora brillante y festiva, nos recuerda que Cristo ES LA LUZ y está con nosotros. Que esta noche de gracia traiga la Paz y la Alegría a todos los pueblos del mundo, especialmente al nuestro.
Esta una noche de gloria y de esperanza, esa gloria proclamada por los ángeles en Belén y también por cada uno de nosotros hoy en todo el mundo. Es una noche de alegría, porque desde hoy y para siempre Dios, el Eterno, el Infinito, es Dios con nosotros: no está lejos, no debemos buscarlo en las órbitas celestes o en una idea mística; es cercano, se ha hecho hombre y no se cansará jamás de nuestra humanidad, que ha hecho suya. Es una noche de luz: esa luz que, según la profecía de Isaías (cf. 9,1), iluminará a quien camina en tierras de tiniebla, ha aparecido y ha envuelto a los pastores de Belén (cf. Lc 2,9).
Es así, entonces como nos sentimos jubilosos en celebrar esta gran fiesta esperada por los Cristianos Católicos de nuestra Parroquia Inmaculada Concepción.
Esta Navidad tiene sobre todo un sabor de esperanza, de alegría y de fe porque, a pesar de nuestras tinieblas, la luz de Dios resplandece en medio de nosotros. Su luz es suave y no da miedo; Dios esta cada día más enamorado de nosotros, nos atrae con su ternura, con su amor, naciendo pobre y frágil en medio de nosotros, como uno más. Nace en Belén, que significa «casa del pan». Parece que nos quiere decir que nace como pan para nosotros; viene a la vida para darnos su vida; viene a nuestro mundo para traernos su amor. No viene a devorar y a mandar, sino a nutrir y servir. De este modo hay una línea directa que une el pesebre y la cruz, donde Jesús será pan partido: es la línea directa del amor que se da y nos salva, que da luz a nuestra vida, paz a nuestros corazones.
Debemos dejarnos tocar por la ternura que salva, Cristo-Jesús. Acerquémonos a Dios que se hace cada vez más cercano, y detengámonos a mirar el belén, imaginemos el nacimiento de Jesús: la luz y la paz, la pobreza absoluta y el rechazo. Entremos en la verdadera Navidad con los pastores, llevemos a Jesús lo que somos, nuestras marginaciones, nuestras heridas no curadas. Así, en Jesús, saborearemos el verdadero espíritu de Navidad: la belleza de ser amados por Dios. Con María y José quedémonos ante el pesebre, ante Jesús que nace como pan para mi vida. Contemplando su amor humilde e infinito, digámosle gracias: gracias amado Jesús, porque has hecho todo esto por mí.
¡Gracias, Señor Jesús! Has venido a tu casa, y queremos
Recibirte como tú lo mereces. Al celebrar tu nacimiento,
Concédenos renovar nuestra vieja y mezquina mentalidad
Para revestirnos de la nueva condición humana a tu imagen,
La condición de hijos de Dios y hermanos de los hombres. Amén!!!
"Ha aparecido la gracia de Dios, su regalo gratuito; en el Niño que se nos ha dado se hace concreto el amor de Dios para con nosotros"
Papa Francisco
Noveno día de las Misas de Aguinaldo 24-12-2.016
Noveno día para avivar la ESPERANZA y el AMOR
El amor y la esperanza siempre van de la mano junto con la fe. Por eso en su himno al amor nos muestra San Pablo que el amor cree sin límites y espera sin límites”. 1Cor 13, 7.
Una fe viva, un amor sin límites y una esperanza firme son el incienso, el oro y la mirra que nos dan ánimo para vivir y coraje para no decaer.
Es gracias al amor que soñamos con altos ideales y es gracias a la esperanza que los alcanzamos.
El amor y la esperanza son las alas que nos elevan a la grandeza, a pesar de los obstáculos y los sinsabores.
Si amamos a Dios, nos amamos a nosotros mismos y amamos a los demás, podemos lograr lo que sugiere San Pedro en su primera carta: “estad siempre dispuestos a dar razón de vuestra esperanza. Con dulzura, respeto y con una buena conciencia”. 3, 15 – 16.
Si encendemos la llama de la esperanza y el fuego del amor, su luz radiante brillará en el nuevo año después de que se apaguen las luces de la Navidad.
La noche ha cerrado del todo en las campiñas de Belén. Desechados por los hombres y viéndose sin abrigo, María y José han salido de la inhospitalaria población, y se han refugiado en una gruta que se encontraba al pie de la colina. Seguía a la Reina de los Ángeles el jumento que le había servido de cabalgadura durante el viaje y en aquella cueva hallaron un manso buey, dejado ahí probablemente por alguno de los caminantes que había ido a buscar hospedaje en la ciudad.
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.
En este último día de la Novena de Navidad, el Seminarista Luis Noguera en su homilia nos habla sobre el origen de la Navidad, y explica que es una festividad romana de Natalia Solis Invict. Su fiesta, el solsticio de invierno, en Roma se llamaba Natalia Solis Invicti, o el "Nacimiento del Sol Invencible". No es por casualidad que algunos de los ritos que lo rodean sean similares a los ritos judeo-cristianos que rodean a Jesús. Mitra nació en una caverna Mitraun 25 de diciembre de una madre virgen. Vino del cielo y nació en tanto que hombre para redimir los pecados del mundo. Era conocido como “El Salvador”, el Hijo de Dios, el Redentor, el Cordero de Dios… Con sus 12 discípulos viajó por países lejanos enseñando una doctrina de amor e iluminación para los hombres. Fue enterrado en una tumba de la cual resucita (acontecimiento que era celebrado alegremente todos los años…)
La fiesta de Brumales era una fiesta pagana dedicada al sol, llevada a cabo en el solsticio de invierno, fue sostenido por lo general el 25 de diciembre. La fiesta de Saturnalia empezaba el 17 de diciembre y duraba 7 días, en honor a Saturno, el dios de la semilla y del vino. Tales fiestas tenían características muy similares a la que hoy conocemos como Navidad. Al final de la Saturnalia, el 25 de diciembre, se celebraba el nacimiento del Sol —Natalis Solis Invictis (nacimiento del sol invencible)— personificado en el dios Mitra. Aunque el culto a Mitra tenía orígenes persas (el dios Mitra), se convirtió en la religión dominante en Roma, especialmente entre los soldados.
La Navidad cristiana reemplaza Natalia solis invictis
El emperador Constantino I había sido un seguidor fiel de las tradiciones paganas concernientes al dios Sol. Su conversión al cristianismo se debe a una supuesta visión que tuvo cuando vio una cruz frente al sol e iba con su ejército y escuchó una voz que le dijo «con este signo vencerás» (in hoc signo vinces, «con este signo vencerás») Esto fue motivo para llevar el símbolo de una cruz en su estandarte y ganar la batalla del Puente Milvio.
SaturnaliaLa fiesta de Navidad empezó a celebrarse como una fiesta cristiana a partir de esa época, ya que anteriormente era imposible por motivo de las persecuciones religiosas que sufrió el cristianismo. En el año 336 apareció por primera vez tal fiesta en el calendario romano, y gradualmente fue entrando en las tradiciones oficiales de la Iglesia cristiana, hasta que en el siglo V, queda ordenada oficialmente, eclipsando del todo a la fiesta del Sol invictus. La práctica del mitraísmo, como la de todas las religiones paganas, fue declarada ilegal en el año 391 por el emperador Teodosio.
La tradición de dar regalos navideños viene de los paganos romanos que tenian esa costumbre durante la fiesta de Saturnales, un festival en honor al dios Saturno. También fue una fiesta de Año Nuevo, donde se daban regalos en nombre de los seres queridos que habían muerto en el año anterior. Los primeros exploradores y conquistadores romanos llevaron esta tradición a través de Europa, donde permaneció y se transmitió en la celebración de Navidad.
La Rueda del Año es a menudo simbolizada por la corona. Existe una amplia evidencia arqueológica para apoyar el hecho de que las guirnaldas se han utilizado de esta manera simbólica durante más de 4.000 años. Su círculo no tiene principio ni fin, lo que ilustra que la Rueda del Año es también así, con cada cosa en su tiempo de volver a su punto de origen y desde allí viajar, una y otra vez. Coronas llegó a ser usado en la Navidad a través de la influencia de los paganos escandinavos que les colgaban en Yule (víspera de Año Nuevo) para conmemorar un nuevo comienzo del ciclo continuo movimiento de la vida. La profusión de esta decoración en esta época del año es un resultado directo de la práctica pagana de la creación de estas coronas a partir de materiales naturales para decorar las casas y altares para celebrar el Año Nuevo.
Es así, entonces como nuestra Madre Iglesia comienza a celebrar la fiesta de la Navidad, en honor al Nacimiento del Niño Dios.
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro Hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.
Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto amado mío!
viernes, 23 de diciembre de 2016
Octavo día de las Misas de Aguinaldo 23-12-2.016
Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres, que les dísteis en vuestro hijo la prenda de vuestro amor, para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio. En retorno de él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro hijo humanado, suplicándoos por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con tal desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
Llegan a Belén José y María buscando hospedaje en los mesones, pero no encuentran, ya por hallarse todos ocupados, ya porque se les deshace a causa de su pobreza. Nada puede turbar la paz interior de los que están fijos en Dios.
José experimentaba tristeza cuando era rechazado de casa en casa, porque pensaba en María y en el Niño, sonreíase también con tanta tranquilidad cuando fijaba la mirada en su casta esposa. El ruido de cada puerta que se cerraba ante ellos era una dulce melodía para sus oídos.
Eso era lo que había venido a buscar. El deseo de esas humillaciones era lo que había contribuido a hacerle tomar la forma humana. Oh! Divino Niño de Belén! Estos días que tantos han pasado en fiestas y diversiones o descansando muellemente en cómodas y ricas mansiones, ha sido para vuestros padres un día de fatiga y vejaciones de toda clase. ¡Ay! el espíritu de Belén es el de un mundo que ha olvidado a Dios.
¡Cuántas veces no ha sido también el nuestro! Pónese el sol el 24 de diciembre detrás de los tejados de Belén y sus últimos rayos doran la cima de las rocas escarpadas que lo rodean. Hombres groseros, codean rudamente al Señor en las calles de aquella aldea oriental y cierran sus puertas al ver a su Madre.
Estrella de Navidad La bóveda de los cielos aparece purpurina por encima de aquellas colinas frecuentadas por los pastores. Las estrellas van apareciendo unas tras otras. Algunas horas más y aparecerá el Verbo Eterno.
Oh, Jesús Niño, que quisiste establecer tu morada en medio de nosotros, ayúdanos a conducir nuestras propias vidas y las de quienes nos rodean, por el ejemplo, en testimonio creíble de tu amor y tu fidelidad a cada persona. Amén.
jueves, 22 de diciembre de 2016
Séptimo día de las Misas de Aguinaldo 22-12-2.016
Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo, a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Séptimo día para crecer en GENEROSIDAD
La generosidad es la capacidad de dar con desinterés, es la virtud en la cual el amor le gana la carrera al egoísmo.
Es en la entrega generosa de nosotros mismos donde se muestra la profundidad de un amor que no se agota en las palabras.
Y eso es lo que celebramos en la Navidad: el gesto sin par de un Dios que se da a sí mismo. Lo destaca San Pablo: “espero que también se distingan en generosidad... Ya conocen la generosidad de nuestro Señor Jesucristo que, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza”.
Es un pasaje bíblico en que el apóstol invita a los Corintios a compartir sus bienes con los necesitados. 2Cor 8, 7 – 15.
Sabemos amar cuando sabemos compartir, sabemos amar cuando damos lo mejor de nosotros mismos en lugar de dar sólo cosas.
Tomemos pues, la mejor decisión: dar cariño, afecto, ternura y perdón; dar tiempo y dar alegría y esperanza.
Son los aguinaldos que más valen y no cuestan dinero.
Demos amor, como decía San Juan de la Cruz: donde no hay amor pon amor, y sacarás amor.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.
Te doy gracias Señor
Padre Santo,
Dios Todopoderoso y eterno
porque aunque soy un siervo pecador
y sin mérito alguno,
has querido alimentarme
misericordiosamente
con el cuerpo y la sangre
de tu hijo Nuestro Señor
Jesucristo.
Que esta sagrada comunión
no vaya a ser para mi
ocasión de castigo
sino causa de
perdón y salvación.
Que sea para mi armadura
de fe, escudo de buena voluntad;
que me libre de todos mis vicios
y me ayude a superar
mis pasionres desordenadas;
que aumente mi caridad
y mi paciencia
mi obediencia y humildad,
y mi capacidad para hacer el bien.
Que sea defensa inexpungable
contra todos mis enemigos,
visibles e invisibles;
y guía de todos
mis impulsos y deseos
Que me una más intimamente a ti,
único y verdadero Dios
y me conduzca con seguridad
al banquete del cielo,
donde tu, con tu hijo
y el Espíritu Santo,
eres luz verdadera,
satisfacción cumplida
gozo perdurable
y felicidad perfecta.
Por Cristo, Nuestro Señor
Amén
Hoy Adoración al Santísimo Sacramento.
Oh Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, aquí presente en el Santísimo Sacramento del altar, creo todo lo que Vos, mi Señor, me habéis revelado.
Arrepentido de todos mis pecados, esperando en Vos que nunca permite que sea confundido, agradeciendo por este don supremo, amándoos sobre todas las cosas en este Sacramento de vuestro amor, adorándoos en el misterio profundo de vuestra humildad, os manifiesto y hago patente todas las heridas y miserias de mi pobre corazón y os pido me deis todo lo que necesito y deseo.
Pero tan solo os necesito a Vos, oh Dios mío, tan solo os deseo a Vos, vuestra gracia y la gracia de usar debidamente vuestras gracias, poseeros en esta vida y poseeros en la otra.
Bendito seáis, oh poder divino de vuestro paternal Corazón, que aunque todo lo podéis, sin embargo, no podíais darnos un don más precioso que este Santísimo Sacramento.
Oh Pan celestial, gran Sacramento, os adoro y os alabo en todo momento.
Bendita seáis, oh Sabiduría del Verbo Divino, que todo lo sabéis y lo ordenáis, y sin embargo no sabíais prepararnos una comida más exquisita, que este Santísimo Sacramento.
Bendito seáis, oh Dios mío, que en vuestra inefable dulzura de amor os habéis transformado en este pan para dárosnos como el más dulce manjar.
Bendito seáis, oh Dios mío, que habéis encerrado todos vuestros misterios en esta humilde forma de pan terrenal. ¡Oh Trinidad Santísima!
Amén
miércoles, 21 de diciembre de 2016
Sexto día de las Misas de Aguinaldo 21-12-2.016
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro Hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo, a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Hoy contamos con la homilía de parte de nuestro hermano Giovany Daza.
Meditación del día
Sexto día para valorar la SENCILLEZ.
Sencillez que es la virtud de las almas grandes y de las personas nobles.
Sencillez que fue el adorno de María de Nazaret tal como ella misma lo proclama en su canto de Magníficat.
"Mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador porque ha mirado la humildad de su esclava" Lucas 1, 47 - 48
Navidad es una buena época para desterrar el orgullo y tomar conciencia de tantos males que acarrea la soberbia. Ninguna virtud nos acerca tanto a los demás como la sencillez y ningún defecto nos aleja tanto como la arrogancia.
El amor sólo reina en los corazones humildes, capaces de reconocer sus limitaciones y de perdonar su altivez.
Es gracias a la humildad que actuamos con delicadeza, sin creernos más que nadie, imitando la sencillez de un Dios que “se despojó de sí mismo y tomó la condición de siervo” Filipenses 2, 6 – 11.
Crecer en sencillez es un estupendo regalo para nuestras relaciones.
Recordemos que en la pequeñez está la verdadera grandeza y que el orgullo acaba con el amor.
martes, 20 de diciembre de 2016
Quinto día de las Misas de Aguinaldo 20-12-2.016
Oración a la Virgen
Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.
Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.
Nos encontramos en nuestra quinta Misa de Aguinaldos Seguimos avanzando, paso a paso por el camino de preparación para la llegada del Dios-con- nosotros, el Enmanuel, a nuestros corazones.
Hoy podremos relacionar claramente que la Navidad es la fiesta de la vida. La Promesa se produce y es la Vida verdadera lo que implica. El Señor ha manifestado su Voluntad de cambiar la historia de nuestro pecado y nuestra debilidad haciéndose compañero de camino. Él, personalmente, establecerá su morada entre nosotros para restablecernos y salvarnos. Nuestra vida en la Vida de Dios, eso es la Navidad.
Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo, a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
Oh, Jesús Niño, que quisiste establecer tu morada en medio de nosotros, ayúdanos a conducir nuestras propias vidas y las de quienes nos rodean, por el ejemplo, en testimonio creíble de tu amor y tu fidelidad a cada persona. Amén.
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