Tu Inmaculada Concepción, oh Virgen Madre de Dios, anunció alegría al universo.
ORACIÓN. Oh Dios mío, que por la Inmaculada Concepción de la Virgen, preparaste digna habitación a tu Hijo: te rogamos que, así como por la previsión de la muerte de tu Hijo libraste a ella de toda mancha, así a nosotros nos concedas por su intercesión llegar a ti limpios de pecado. Por el mismo Señor nuestro Jesucristo. Amén.
Exhortación Pontificia
Os exhortamos a poner de relieve el puesto que ocupa María en el culto litúrgico y más aún a mostrar en Ella «el modelo de virtudes que irradia sobre la comunidad de los elegidos», a presentarla «a la luz del Verbo hecho hombre», como aquella que «cooperando intrínsecamente a la historia de la salvación, reúne y refleja en sí misma, en cierta manera, los rasgos más salientes de nuestra fe».
Esta devoción hará brotar la oración de los fieles para obtener la intercesión de María. Porque nos hace comprender en qué medida la Madre del Verbo es también nuestra madre. Creer en Jesucristo y recibir su gracia, ¿no es estar incorporado a El, no es llegar a ser, según expresión de San Pablo, como una extensión misteriosa de su cuerpo?
En todos los actos relacionados con el nacimiento y crecimiento del Cuerpo místico de Cristo, ha participado María. Como ha escrito San Agustín, Ella es «la Madre de los miembros, tales cuales somos nosotros, de Cristo, habiendo cooperado con su amor al alumbramiento, dentro de la Iglesia, de fieles que son los miembros de la Cabeza». ¿Cómo no va a seguir participando, con su intercesión verdaderamente maternal, a la expansión de la Iglesia a través de lugares y tiempos, a la integración de todos los hombres y de todo lo humano en Cristo, lo cual es la continuación misma de la obra de la salvación comenzada en su corazón y en su seno?
Siguiendo las directrices conciliares, invitad a los fieles cristianos a estimar las prácticas de piedad mariana que la Iglesia ha recomendado a lo largo de los siglos, entre las cuales se destaca el Rosario, dada su aptitud para unir a Cristo y María en una misma oración.
Pablo VI
Dios te salve, María, llena eres de gracia y bendita tu eres más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida por Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción: así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que por la gracia de Dios has sido elegida para ser Madre del nuevo pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta novena, para rogarte que nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado.
Virgen Santísima, hecha Madre de Dios, no sólo para vuestra dignidad y gloría, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a vuestra protección e implorado vuestro socorro, haya sido desamparado. No Nos dejes solos pues, madre de amor porque si nos dejas nos perderemos.
Pedimos alcanzar principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un grande aprecio de la virtud cristiana, y la tercera, una buena muerte. Además, darnos la gracia particular que pedimos en esta novena.
ORACIÓN DE ESTE DÍA. Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como preservaste a María del pecado, original en su Inmaculada Concepción, y a nosotros nos hiciste el gran beneficio de libramos de él por medio de tu santo bautismo, así te rogamos humildemente nos concedas la gracia de portarnos siempre como buenos cristianos, regenerados en ti, Padre nuestro Santísimo.
De Fiesta con Nuestra Madre Inmaculada!!!!