Reciban un cordial saludo, a todos los que a través de este blog de la PARROQUIA INMACULADA CONCEPCIÓN, de Yaritagua, Municipio Peña Estado Yaracuy, Venezuela están en contacto. Queremos crecer como una comunidad cristiana que ANUNCIA, FORMA, CELEBRA Y DA TESTIMONIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. Todos los cristianos, nos sentimos invitados y llamados a asumir el compromiso de evangelizar de la que cada uno somos corresponsables. Párroco Jesús Antonio Acero.
Se Invita a la Feligresía en general, a participar de las Charlas de Formación los días martes a partir de las 5:30pm
domingo, 30 de septiembre de 2018
Envío de Catequistas 30-09-2018
Hoy en nuestra Parroquia se ha realizado el envió del Catequista.
Como todos los domingos en torno al altar nos reunimos para celebrar el misterio de la muerte y resurrección del Señor. En este domingo queremos que nuestra comunidad reflexione sobre una actividad muy importante y fundamental que tiene nuestra comunidad. LA CATEQUESIS.
La catequesis se entronca con la misión de Jesús de Nazaret: anunciar la Buena Noticia que transmitió después a sus discípulos: “Id por todo el mundo y proclamad la Buena Noticia a toda criatura. El que crea y se bautice, se salvará, pero el que no crea, se condenará”.
Solemnemente y en esta celebración, vamos a nombrar, acoger y enviarlos a todos, en el nombre de Dios y de su Iglesia.
Durante el curso de catequésis muchos niños, adolescentes, jóvenes y adultos, van a ser ayudados a profundizar en la fe que recibieron y que profesan. Los catequistas desempeñan esta tarea, propia de la Iglesia y en nombre de nuestra comunidad.
“Conocer a Jesucristo por la fe es nuestro gozo; seguirlo es una gracia, y trasmitir este tesoro a los demás es un encargo que el Señor, al llamarnos y elegirnos, nos ha confiado…” (Documento de Aparecida 18)
La catequesis en la Parroquia es la labor que realiza la Iglesia para sembrar el Evangelio en todos los hombres. Es la comunicación del Evangelio. Se propone tres grandes tareas:
Enseñar a los hombres el mensaje de Cristo.
Santificar a los hombres distribuyéndoles la gracia.
Guiar a los hombres hacia Dios, en las variadas situaciones de esta vida.
La vida cristiana es un proceso, un camino, un itinerario.
La catequesis debe ser algo progresivo.
Dios los ha llamado a trabajar en su viña y que ellos han respondido con generosidad y alegría. La Iglesia les envía a realizar el mandato, que han recibido del mismo Señor, Jesús: “id por todo el mundo y anunciad la Buena Nueva"
La catequesis es un elemento fundamental en la formación cristiana.
Los catequistas le ponen con la simple misión de dar testimonio de su fe, así como transmitir un estilo de entender la vida y de buscar la felicidad en nuestro mundo. Tarea nada fácil, pero que es necesaria porque estamos llamados a “dar razón de nuestra fe” (1Pe 3,15).
La catequesis sirve para conocer los elementos más importantes de nuestra fe; para aprender a conocer más en profundidad lo que creemos los católicos y por qué lo creemos.
La catequesis es una función esencial para la Iglesia, en la medida en que con ella se desarrolla el mandato recibido del Señor: «id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura» (Mc 16, 15). Evidentemente la catequesis no es el único modo de cumplir con este mandamiento, pero el hecho es que en la Iglesia ha existido un proceso catequético desde los primeros cristianos.
JESÚS, CATEQUISTA DEL CAMINO
Dios siempre nos sorprende, se hace el encontradizo, camina a nuestro lado y nos sorprende caminado a nuestsro lado como “PEREGRINO DE EMAUS” Él sigue interesado en nuestra realidad personal, familiar y social, se interesa por nuestras desiluciones, quiere hablar con nosotros, explicarnos las Escrituras. Abramos el corazón como los disícpulos de Emaús, dejémonos explicar las Escrituras, invitémoslo a quedarse con nosotros, con Él a la Mesa, compartamos el Pan, y síntamos cómo nos arde el corazon y se nos abren los ojos y un nuevo ardor misionero nos hace exclamar con los de Emáuz: “SEÑOR, QUEDATE CON NOSOTROS, en nuestros hogares y en nuestro corazon”
Comunicar, contar, gritar, hacer eco a este gozoso encuentro con el Resucitado, es lo que llamamos: CATEQUESIS, A LA NUEVAS SINFONÍAS de Emaús que bien podemos sintetizar en este lema “Encuéntranos Jesús, se nos abriran los ojos y con el corazón ardiente, iremos a la misión”.
sábado, 22 de septiembre de 2018
VI Jornada Social Parroquial 22-09-2018
Cáritas Santa Teresa de Calcuta de la Parroquia Inmaculada Concepción realizó la VI Jornada Social, con el fin de ayudar a los más necesitados.
Olla Comunitaria un alimento para los necesitados.
El ánimo y el amor le dieron el sazón al caldo. La meta era lograr servir a los más necesitados una tazas de sopa. El objetivo: contribuir a mitigar el hambre de las personas de más bajos recursos de la parroquia.
Nuestras enfermeras tomarón la presión arterial y los niveles de glicemia para descartar cualquier condición que pueda generar problemas de salud y luego se remiten a los médicos.
Los feligreses y grupos de Apostolados contribuyeron,es gratificante ver cómo cada uno dio un poquito de cada cosa.
El servicio prestado consistió en Asistencia Médica, por parte de los Doctores Pedro Moreno y Alfredo Alvarado, las Licenciadas en Enfermería Mary de Griman y Maritza de Rodriguez, además se hizo entrega de medicamentos a los pacientes atendidos.
A muchas de estas personas a veces les llena más un abrazo que un plato de comida, pues no solamente se trata de alimentar el físico, sino su espíritu con la Palabra de Dios.
Hoy los traemos frente a Jesús Sacramentado, un momento de encuentro con él antes de comer.
Corte de cabello, fue otro servicio prestado para embellecer los rostros tristes de nuestros hermanos por tantas necesidades que vivimos.
Se sirvieron más de 80 platos de sopa a los hermanos más necesitados.
Al mismo tiempo, se hizo entrega de ropa a jóvenes, niños, adultos y ancianos. Oración por los pobres Señor, enséñanos a no amarnos a nosotros mismos, a no amar solamente a nuestros amigos, a no amar sólo a aquellos que nos aman. Enséñanos a pensar en los otros y a amar, sobre todo, a aquellos a quienes nadie ama. Concédenos la gracia de comprender que, mientras nosotros vivimos una vida demasiado feliz, hay millones de seres humanos, que son también tus hijos y hermanos nuestros, que mueren de hambre, sin haber merecido morir de hambre; que mueren de frío, sin haber merecido morir de frío… Señor, ten piedad de todos los pobres del mundo. Y no permitas, Señor, que nosotros vivamos felices solos. Haznos sentir la angustia de la miseria universal, y líbranos de nuestro egoísmo. Amén.
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