La comunidad Parroquial de la Inmaculada Concepción de Yaritagua, agradece de manera especial a la Pastoral Familiar por la actividad realizada el pasado 9 y 10 de septiembre en el arciprestazgo Santa Lucía, la cual tuvo como temario Fortaleciendo la Conyugalidad en la persona de los esposos Jimmy y Johanna quienes son los coordinadores de este programa en la Diócesis de San Felipe, a su vez agradecemos al equipo de hermanos que participarón dictando los talleres durante estos dos (2) días.
De igual manera le damos las gracias al equipo de la Pastoral Familiar del Arciprestazgo Santa Lucía, en la persona de Leobaldo y Aleida, los esposos Tovar Castillo y los esposos Suarez Oropeza.
A su vez, se le agradece muy especialmente a los grupos de Apostolados de la Parroquia Inmaculada Concepción que colaborarón en la realización de esta actividad.
Felicitamos y damos gracias a Dios y a María por las 52 parejas que participaron. Que esta actividad sirva de herramienta para la Unidad y el amor entre los esposos. Cristo y su Iglesia (Católica) desea Matrimonios Santos y Alegres. Esperamos que con su testimonio de vida al poner en práctica los talleres, ayuden con su ejemplo a motivar a otras parejas a experimentar y/o recobrar la Alegría del Primer Amor de pareja. Que Dios y María Santísima los bendiga hoy y siempre. Ánimo no desmayen recuerden Cristo y el amor que se tienen como pareja hombre y mujer son invencibles. No olviden necesitamos testigos Creíbles del amor de Cristo y su Iglesia.
En el salón Parroquial, de la Inmaculada Concepción al iniciar el encuentro con las parejas el sábado 09-09-2.017. Primer día del encuentro.
En el salón Parroquial del segundo piso, de la Inmaculada Concepción para iniciar los talleres con las parejas el sábado 09-09-2.017.
De está manera iniciamos el segundo día del taller, Fortaleciendo la Conyugalidad, 10-09-2.017
Así vivimos el encuentro Fortaleciendo la Conyugalidad.
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Ahora vamos a encontrarnos con el amor de los amores, Jesús Sacramentado.
¡Oh Jesús de mi alma, encanto único de mi corazón!, heme aquí postrado ante tí, arrepentido y confuso, como llegó el hijo pródigo a la casa de su padre. Cansado de todo, sólo a Ti quiero, sólo a Ti busco, sólo en Ti hallo mi bien. Tú, que fuiste en busca de la Samaritana; Tú, que me llamaste cuando huía de Ti, no me arrojarás de tu presencia y ahora que te busco.